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2007/2017: diez años de crisis para las clases trabajadoras y populares y beneficios para los capitalistas

La crisis de las hipotecas basura, las llamadas subprime, estalló en EEUU en el verano de 2007, en septiembre se extendió a Europa con las caídas de las bolsas que se hizo Mundial. Al año siguiente el banco Lehman Brother se hundió y la crisis financiera se extendió como un reguero de pólvora a toda la economía. El sistema capitalista no conocía una crisis de tal magnitud desde 1929.

Carlos Marx analizó el capitalismo y explicó que “La razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuviesen más límite que la capacidad absoluta de consumo de la sociedad”.

Tanto de la derecha en general PP, y PSOE intentaron engañarnos, y nos dijeron que las causas de la crisis eran que vivíamos por encima de nuestras posibilidades, que las clases populares por su tren de vida eran los causantes. Pero la mentira tiene las patas cortas. Y la corrupción y los beneficios empresariales señalaron los culpables. El hundimiento de los bancos y de la economía capitalista era obra de ella misma, de su avaricia por obtener beneficios.

Se perdieron millones de puestos de trabajo, la gente dejó de consumir, el desempleo y la pobreza se extendió por el mundo. En España la crisis inmobiliaria fue la consecuencia inmediata. Millones de viviendas sin vender, millones de personas sin casa o desahuciadas. El paro sobrepasó los 5 millones, los despidos, EREs y cierres de empresas dejó al país en una de las mayores crisis sociales de nuestra historia reciente.

10 años después, la crisis se ha hecho crónica para las clases populares. El gobierno de Rajoy no cesa de explicar que hemos salido de la crisis, que se crea empleo y que la economía mejora. Sin embargo, los datos lo desmienten. El crecimiento económico, el beneficio de las grandes corporaciones y de los capitalistas se hace a costa de la pobreza, los salarios, la precariedad laboral de las clases trabajadoras, y de los sistemas públicos del que se benefician todas las clases populares que año tras año han acentuado el deterioro de la sanidad, de la educación, de los servicios públicos con los recortes de presupuestos, de empleo público y de privatizaciones.

Las soluciones a la crisis económica han sido en beneficio de los grandes capitales. Bruselas ha expresado en un informe que España es el país de la Unión Europea con mayor desigualdad de renta. Las reformas laborales, han desarrollado una precariedad en el trabajo generalizado y leyes como la denominada Montoro, impide contratar empleados públicos y privatiza los servicios públicos.

En cuanto los salarios, podemos decir que se han depreciado en todo el país, mientras que los beneficios empresariales han subido en este último año según un informe de CCOO un 10%. ¿Dónde ha ido todo ese dinero extraído al mundo del trabajo? Un economista en el periódico 20 Minutos respondía: “Sencillamente, como ya mostró en un momento Daniel Fuentes, en 2015, a amortizar la deuda de un sector privado”, es decir a ido a los bolsillos de bancos y grandes capitalistas.

El capitalismo no puede funcionar más que explotando al mundo del trabajo. Solo convirtiendo en públicos, los medios de producción poniéndolos al servicio de la sociedad y no al servicio del beneficio privado, podremos salir de la crisis. Ante esta situación solo tenemos una salida: la movilización obrera. Es la clase trabajadora la que produce y mantiene la sociedad, solo nos falta la conciencia de serlo. Y esto solo se consigue con la lucha, la unión y la solidaridad de todo el pueblo trabajador.